sábado, 14 de febrero de 2009

El Bolsillo, ese eterno elector

Los finales de 2001 mostraron la bronca popular.

Fueron épocas de masiva movilización.

Todo parecía revolución social.

Los cacerolazos aparentaban ser el eje de constitución incipiente de una nueva relación entre política y pueblo (o gente según la prensa cheta).

Pasaron más de 7 años desde aquellos momentos supuestamente re-fundacionales de la participación ciudadana en el debate público.

Hoy tenemos esto...




... un puñado de señoras y señores "indignados" por el "tarifazo kirchnerista".

Claro, la medida tiene polémica; ya don Zaiat lo explicó acá.

Más allá de ese exceso, subyase el mismo espíritu cuasi ciudadano de me-movilizo-cuando-me-tocan-el-bolsillo (toda una rémora de las marchas campestres contra al 125).

Néstor K lo supo desde un principio y su gestión había marcado a fuego aquel precepto de pejotismo, derechos humanos y bolsillismo; es decir: aparato para lograr fuerza electoral, legitimidad del gobierno mediante acciones contra el genocidio de la Dictadura y mucha plata en los bolsillos para el consumo.

No estuvo mal la fórmula; la cuestión es hoy, en tiempos de vacas flacas (y muertas por la sequía), ¿de qué manera se sostiene eso que llamé el Tridente para la Victoria?

La muchachada clasemediera está al acecho.

Sólo basta conque le quiten tan solo un peso como para que se sientan "violados en sus derechos por el Estado opresor".

Sería interesante que, si sus compromisos cívicos trascienden la cartera de la dama y la billetera del caballero, también ganen la calle para otras demandas.

Este supuesto fulgor ciudadano de esos sectores sociales quedará de manifiesto en torno a las elecciones de octubre; antes y después de las urnas.

Antes, ¿habrá movilizaciones masivas para exigir el fin de las listas sábanas?

Y después, ¿surgirán ordas enardecidas que repudien "el fraude kirchnerista"?

¿Hasta dónde una probable estabilización económica y la contención de los potentes efectos de las crisis internacional menguarán la "indignación de la gente" ?

¡No sea cosa que el bolsillo vuelva a torcer las convicciones clasemedieras, eh!Sólo basta con recordar que en octubre de 2007 no fueron pocos los que votaron a Cristina aún odiándola pero convencidos de que era lo mejor entre lo que había y que todo parecía garantizar la bonanza económica entregada por el Gran Pingüino.

Aquellos que lograron suculentos beneficios económicos entre 2003 y 2007 sabrán de lo que les hablo.

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